Españoles, Daniel Lacalle me ha bloqueado. La verdad es que ha tardado demasiado porque debe ser muy molesto cuando dices alguna insensatez que alguien a quien no conoces te interpele. Es el famoso liberalismo que nos invade: a quien discrepe de mi criterio le bloqueo.
Así son «nuestros liberales», repiten los mismos argumentos que los suscriptores del ABC de toda la vida. Es muy llamativo que tengan esa necesidad constante de defender el discurso de un partido conservador y nacional-católico como es el Partido Popular y como es el caso de Daniel Lacalle. ¿Que los ciudadanos catalanes quieren independizarse (o no)? Pues los catalanes son españoles aunque no lo quieran (o si), y si no les gusta Guardia Civil porque lo dice «La Ley». ¿Que los podemitas tienen la peregrina idea de retirar los nombres de calles en honor a militares golpistas? Pues está fatal aunque lo diga «La Ley», porque todos sabemos que Francisco Franco y otros sublevados eran personas de profundas convicciones liberales, firmes defensores de los derechos civiles y para nada partidarios de instaurar un régimen intervencionista y autárquico. Y así con todo.
Pero no es de las profundas convicciones liberales de Lacalle o del franquismo de lo que quería hablar, circunstancia que sinceramente me importa un pijo. Si disfrutaron con sus cuentas liberales, que igual te freían una aguja que te confirmaban la vigencia del multiplicador keynesiano, con esto lo van a gozar.
Todo comienza con este trino que enlaza a la legendaria noticia de que «7 de cada 10 asalariados son indefinidos«, por lo tanto la precariedad laboral es un mito y la reforma laboral del PP es lo más.
Digo «legendaria» porque ya fue comentada en este espacio y comprobamos que el origen contenía idioteces y errores en proporciones bíblicas. Pero si era poca la fiesta, recibe respuesta del no menos inefable J. Ignacio Conde Ruiz, subdirector de FEDEA y Director General de Política Económica de la Oficina Económica de La Moncloa cuando la crisis era algo opinable (2008-2010). Los más acérrimos de este espacio sabrán que nada puede atraer más la atención de su autor que un economista liberal-cristofas y el «último superviviente» de FEDEA. Y mientras Lacalle hace el ridículo comparando tasas de temporalidad, llega el momento de gloria de la conversación:
¿Cómo? ¡Índice de precariedad laboral! Primera vez que lo escucho y además según este chamán sirve para demostrar que la precariedad laboral ha descendido con la crisis. Se pueden imaginar que atendiendo a los antecedentes de este individuo y mi habitual curiosidad me decido a adivinar qué es exactamente ese «Índice de Precariedad Laboral». Y claro al final lo encuentras. Si les da pereza seguir el enlace no se preocupen, que se lo planto aquí mismo:
Según la noticia de nuestros liberales digitales que nunca defraudan, «Daniel Lacalle vuelve a la carga con un nuevo libro titulado Acabemos con el paro«, se rumorea que «Lacalle pone encima de la mesa el Índice de Precariedad Laboral elaborado por César Romero». Esto supuestamente demuestra que la precariedad subió con Zapatero y bajó con Rajoy y es lo que nos dicen nuestros liberales digitales y el chamán de Lacalle.
Así a bote pronto, ¿hay algo que les llame la atención? ¿No, seguro? Observen la tabla de datos otra vez, ¿No ven nada extraño? Observen los encabezados de la tabla, observen los datos de la tabla. Sí amigos, por ejemplo en el año 2014 acabamos con más de 15 millones de parados y se firmaron menos de 5,5 millones de contratos, si ya veía yo mucha cola en el INEM.
Ya lo sé, entiendo que un fallo lo tiene cualquiera y que a cualquiera le pueden bailar los encabezados de las columnas. Si les he enlazado LD y no el blog del tal César Romero es para que no le llegue el pinback y lo arregle, pero pueden buscarlo y ver que lleva un año ahí tranquilamente, con la de tráfico que le habrá generado el asunto. No se preocupen que aquí quedan las capturas dejando para la posteridad este inquietante documento. Como he dicho, un fallo lo tiene cualquiera pero al mismo tiempo nos da una idea del nivel atención, reflexión y revisión que el tal César Romero puso en la elaboración de su «índice».
Pero si no se han dejado engañar por errores banales y han estado despiertos, seguramente aún se les caigan las lágrimas por las mejillas. Que sí, que va en serio, que ha dividido el nº de parados en un mes de diciembre por el número de contratos de todo el año. ¿Qué tiene que ver el contrato firmado en marzo con el parado de diciembre? Si ya lo sé que no tiene nada que ver, es como dividir farolas con gatos o zapatos con mandarinas. Si ya sé que los parados no tienen firmados contratos en vigor. Si tienes un parado y tienes un contrato, tienes un IPL de 1. Si tienes dos contratos hay menos temporalidad porque la IPL es de 0,5. ¿Y qué pasa si el primer contrato duró todo el año y los dos contratos del segundo caso duraron un mes? Lo que os pasa es no sois liberales y no lo entendéis, pero está clarísimo que un contrato de un año es más precario que dos contratos de un mes. Esto nos da una idea de a qué tipo de idiotez nos estamos enfrentando.
Incluso si me permiten ser igual de torpe y como divertido ejercicio, muchos estarán pensando por qué narices no ha utilizado el nº de asalariados, que es una estupidez similar pero al menos los asalariados habrán firmado contratos. Cuantos más contratos por asalariado resulten, más corta sería la duración de los mismos. Saldría algo así:
Para que vean que cualquiera puede inventarse un índice de precariedad laboral, meterlo en un libro o un tweet sin dar explicaciones y pareces de lo más enterado del mundo. Total, al igual que en el caso anterior se preguntarán qué leches tiene que ver un contrato firmado en marzo con estar asalariado en diciembre, pero si os habéis tragado lo de Lacalle os podréis creer que desde 2009 la precariedad no ha dejado de subir, aunque el modo de elaboración sea igual de erróneo y estúpido.
En el hipotético caso de que alguien tuviera la feliz idea de confeccionar un índice de precariedad laboral y en su cabeza fuera alguien al volante, intentaría saber qué tipo de contratos se firman, cuál es su duración, qué espacio de tiempo pasa entre que se firman los contratos, definiría si un parado es o no precario, definiría si un trabajador con jornada parcial es o no un trabajador precario, estudiaría si el trabajador a tiempo parcial lo hace voluntariamente, pensaría si debe tener en cuenta los salarios y establecer qué es un salario precario… ¿es el SMI, un X% por debajo del salario medio, es una gallina? Lo puedes hasta juntar todo, darle a cada ítem una ponderación y establecer un índice que pretenda abarcar la precariedad en toda su dimensión. Como he dicho esto ocurriría en caso de que en su cabeza fuera alguien al volante.
Pero este no es el caso porque si piensan que no puede ser peor… ¡los contratos de los 3 últimos años están mal sumados! En 2014 no se firmaron 15,3 millones, se firmaron 16,7 millones, en 2013 no se firmaron 13,6 ni 13,7 en 2012:
De todos modos si ya de por sí la idea era para echarse a llorar, no sé qué me llevó a pensar que los datos fueran a estar bien.
Lo más grave de todo este asunto no es que el tal César Romero, el cual dice ser Doctor en Física tócate los omóplatos, se haya inventado un índice absolutamente absurdo, inútil y con datos erróneos. Al fin y al cabo es un muchacho que un día se aburría y perpetró esta estupidez en un blog personal, más allá de la hilaridad que nos produzca la ocurrencia no me parece algo para hacer mucha sangre. Lo más cojonudo de este show es que el tal Daniel Lacalle, ese señor que escribe libros acabando con el paro y los sábados por la noche te explica la Economía en la tele lo hace suyo y no sólo lo mete en un libro, sino que lo exhibe en cuanto tiene ocasión. Sin olvidar al tal Diego Sánchez de la Cruz que con sus santas criadillas reproduce la tabla de los 15 millones de parados en una demostración de cómo contrastan la información. El pobre debió recibir la ocurrencia de Daniel Lacalle y así lo cascó en el artículo. Este es el nivel de «nuestros liberales».
Si se piensan que la conversación del chamán liberal con el señor que hizo la presentación alabando el Plan E iba a caer en nido roto, su compañero Florentino Felgueroso ha publicado esta entrada en Nada es Gratis donde resuelve esto del «Índice de Precariedad Laboral» de forma más escueta y sobre todo más elegante:
En resumen y acabando este petardo, hemos comprobado cuáles son las fuentes de datos del chamán liberal de Daniel Lacalle, que no tiene el menor reparo de tomar prestados supuestos índices de precariedad laboral que resultan absurdos. Esto nos deja dos opciones: o es lo suficientemente «malvado» para hacerlo pensando que nadie se va dar cuenta, o es tan estúpido que es incapaz de contrastar sus datos. Ambos casos no le dejan en buen lugar y supongo que en muchas ocasiones otros datos adolecerán del mismo problema, lo que pasa es que no le prestamos la debida atención.
Como siempre en estos casos os digo que a mí me parece muy bien que la gente abrace o difunda la doctrina liberal, de la Economía o de lo que le apetezca. Cada uno se gasta el dinero en lo que quiere. Pero sería de agradecer que una parte del star system liberal no fuera un conjunto de indigentes intelectuales. Ya que la entrada empezó con un bloqueo en Twitter, recuerden este hashtag: #PorUnLiberalismoSinRetraso.
P.D.:Saludos a todos los que me vais a leer en Forocoches, Burbuja.info y Menéame, que os despellejéis y me despellejéis bien.
Buenos días.
Te leo raudo cada vez que publicas una entrada. Se hacen esperar, pero nunca decepcionan.
Quería llamarte la atención sobre un punto. Yo no distinguía mucho entre liberales y neoliberales (a decir verdad, los usaba indistintamente), pero cayó en mis manos un libro absolutamente certero, sintético y profundo que aquí te recomiendo encarecidamente:
http://www.casadellibro.com/ebook-la-nueva-razon-del-mundo-ebook/9788497847452/2232517?gclid=cpzt_klepsocfukfgwodhsolhq&utm_source=google&utm_medium=cpc&utm_campaign=6679
En este libro, además de desmenuzar ideológicamente todo lo neoliberal (no he leído un libro mejor sobre el sistema neoliberal actual), y de hacerlo con una precisión de cirujano, diferencian al liberal del neoliberal, más o menos, de la siguiente forma: los liberales creen en la retirada del Estado para que el laissez faire lo regule todo: al gobierno hay que ponerle límites. Los neoliberales creen, por el contrario, que el Estado debe intervenir en la economía para asegurar así que se genera mayor y más libre capacidad de competencia: es más, hay que convertir al propio Estado en una gran empresa y estructurarlo como tal.
El libro sustenta tal diferencia en declaraciones de los teóricos liberales del siglo XIX y las afirmaciones de los neoliberales (como Hayek o Friedman) del XX.
Parece un matiz sutil, pero de ello resulta que, en efecto:
1- El buen Lacalle no es liberal, sino neoliberal.
2- El neoliberalismo es mucho más chungo, porque fagocita.
No sé si mi comentario servirá para algo, pero quede por acá para lo que pudiera valer.
Un saludo y gracias por el blog.
La mediocridad de nuestro país, en muchos sentidos, es rampante. Siempre lo ha sido, me temo.
Lo triste es que ahora cualquier personaje con afán desmedido de notoriedad, y de publicar libros como se hacen rosquillas, lo exteriorice tan claramente.
Gracias por desenmascarar a este y otros personajes. Es lamentable cómo varios de ellos han llegado a Catedráticos en Universidades, aparentemente importantes, reducto del PP.
Te dejé un comentario, pero no sé si está en espera de moderación, o si se lo bebieron los fantasmas…
(Si se publica el otro borra este).
Gracias.
Gracias por tu comentario, me pilla trabajando y tardo en aprobarlo.
Aporto mi modesto grano de arena.
El mejor libro que he leído últimamente sobre el liberalismo, su historia, evolución y los distintos matices actuales es
«Liberalism: The Life of an Idea», de Edmund Fawcett.
Los clásicos ahí están también. En «The good Society», de W. Lippmann, al que se atribuye de hecho el término neoliberalismo a raíz de un coloquio organizado por él en París en 1938, se describen también sus características esenciales y originales.
También en «The road from Mont Pelerin», editado por Mirowski.
Siguiendo con mi modesta aportación, simplificando muchísimo para emitir un titular, el neoliberalismo pretende instaurar para todo el «mercado». Al decir todo se refiere a las cuestiones económicas, políticas, sociales, académicas, etc.
¡Buenas! Anotados quedan.
En el libro que he citado antes, «La nueva razón del mundo», también cifran en 1938, en París, el nacimiento del neoliberalismo como tal. Reproducen bastante de lo dicho en ese congreso, y luego desmenuzan la historia posterior.
Lo original es que, en la segunda parte del libro, analizan los efectos que la idea de «todo es un mercado» produce sobre la existencia: tanto en las estructuras laborales, como en las políticas sociales, o en el reemplazo de lo público por la gestión privada o de estructura empresarial… hasta terminar con el modelo de psique humana que una visión «empresarial» produce.
Apunto los tuyos. Muchas gracias.
(También es clásico el de David Harvey:
http://colegiodesociologosperu.org/nw/biblioteca/breve-historia-del-neoliberalismo-de-david-harvey1.pdf)
Buenas! gran entrada como siempre, el indice tiene tela y Lacalle también. Pero Floren lo resume bien jejeje.
Ahora mi problema es con Floren, en la entrada que le dedica en NeG a Lacalle, ante un comentario sobre los criterios de la OIT para detectar y analizar la precariedad y ante la pregunta de porque no usan dichos criterios contesta:
«Hola Albert, creo que se trata de una lista de indicador muy elaborada, probablemente demasiado extensa, pero con una mayoría de indicadores que están disponibles sin problemas y son bastante usuales en la economía laboral. La tasa de empleo precario tal como se define debería ajustarse más o menos a los contratos temporales/empleo total (el 19,7% en esta entrada).»
Y aquí veo un error (deliberado). Tomando como toman solo los contratos temporales. No toman los de tiempo parcial, ni tampoco otros criterios que, a mi juicio, precarizan también el empleo. Pasar de una indemnización pro despido y un preaviso de 1 mes a nada es precarización del empleo también, pero con sus medidores no. Con lo cual, pueden colar sus maravillosas reformas porque no precarizan, solo dinamizan.
Mierda ‘pa’ ellos.
No me gusta nada la ideología pepera de Lacalle ni muchos de sus planteamientos de ultra privatización, pero una vez mas veo que el comentario de Gabilondo en La Tuerka se cumple a rajatabla:
«La gente acude a los medios de comunicación para confirmar sus ideas, no para informarse».
Este blog y el primer comentario citando un libro que roza el esperpento, es otra prueba de ello.
Pingback: Yo no objeto nada al respective por que soy liberal | No me jodas que me incomodas
Pingback: Noticias liberales. Hoy: Federico Jiménez Losantos | No me jodas que me incomodas