Fuck yeah! Vuelve «EL HOMBRE». Para su nueva aparición, Txemari eligió la cadena nacional y mayoritaria más afín a su ideología: Antena 3. A nadie se le escapa que esta «oportuna» entrevista está enmarcada en el marco del tremendo mojón que disfrutamos en España en general y en el Partido Popular en particular. Nunca mejor dicho esto fue un «Aznar en tiempos revueltos». Por lo demás nada nuevo bajo el sol y para mí ninguna sorpresa. Brevemente comento los tres temas que destacaron en la entrevista.
Sobre el tema Bárcenas y Gürtel nada que decir por mi parte, y nada que decir por la suya. ¿Alguien se esperaba algo distinto a un «yo no he sido»? En el Partido Proletario aún deben creer que esta manera tan peculiar de retribuir a la gente, aunque fuera legal o «alegal», es moralmente aceptable en un país medio-avanzado. Claro que estamos hablando de un partido que se autodenomina «conservador» y «liberal» a la vez, por lo que todo lo que nazca del PP está abocado a no tener mucho sentido.
Sobre el tema impositivo, creo que Montoro le ha dado una contestación adecuada. Lo bueno de vivir «a la sombra», como ha estado Aznar durante casi una década, es que te puedes permitir decir todo tipo de gilipolleces sin miedo al desgaste. Como Montoro bien apunta, los unicornios para las novelas. A no ser que a «bajadas de impuestos», se refiera nuestro querido Txemari a este dibujico o como dice la Wiki del inefable «pequeño hombre«:
En esta legislatura la presión fiscal aumentó más de un 10%. En 1999 se lleva a cabo la reforma del IRPF, elevándose los tipos medios efectivos del 14,91% al 14,94%. Se redistribuye la carga, aumentándola en un 2% a las rentas más bajas, mientras la carga a las rentas más elevadas se reduce un 6%. Se redujo el gasto en protección social (educación, pensiones, sanidad pública, seguridad ciudadana…) un 9%, siendo en el último ejercicio de la legislatura del 20% del PIB frente al 27% de la media europea.
Hay gente que sigue sin entender la diferencia entre tipos marginales y tipos efectivos, y así nos pasa.
El último punto es el de su posible vuelta a la política, o así lo hemos interpretado porque lo estamos deseando. «Cumpliré con mi responsabilidad, mi conciencia, mi partido y mi país», o sea: que ni sí, ni no, ni todo lo contrario. Pero como lo estamos deseando, creemos que ha amenazado con volver. Y me parece una tesis plausible. Lamento no poder ofrecerles hechos documentados de cómo cuando anunció Txemari que no se presentaría en 2004, este «humilde» servidor ya comentaba por el internet que su retirada se producía para poder guardarse el cartucho de «volver». Eso podría pasar cuando ocurriera lo que yo sabía que iba a ocurrir: que España se la iba a pegar.
No es que fuera visionario por entonces, es que he pasado una parte de mi vida profesional trabajando en sectores relacionados con la banca y el sector inmobiliario tanto bajo su mandato como bajo el de ZP, por lo que tenía información que así me lo parecía ver. Saber que la burbuja petaría y nos daríamos la ostia padre no tiene mérito. Lo que lo tenía era saber «El día de la Bestia» y cómo sería exactamente el «apocalipsis zombie». Pero que algo pasaría lo sabía cualquiera que quisiera estar medianamente informado. Podrán imaginar que esperaba el estallido bastante tiempo antes de cuando realmente ocurrió y como tal me equivocaba en el «cuándo». Es lo que tiene la videncia.
Otra cuestión es imaginarse qué piensa Esperanza Aguirre en estos momentos. Cada día que pasa, refuerzo mis sospechas de que su abandono de la Presidencia de la Comunidad es una maniobra parecida. Mi idea es que Aguirre está a la sombra, jugando a la contra y esperando el desgaste de Rajoy para pillar la poltrona de la «Trotona». Ahora me planteo, ¿es Aguirre la cabecilla o una freelance en este tema? ¿O forma parte de un Frente de Liberación Gnomo con Aznar? ¿La «responsabilidad» de Aznar es encabezar ese frente o levantar el brazo de Esperanza Aguirre?
Este fue el capítulo de ayer de «Aznar en tiempos revueltos». Seguirá dándonos muchos días de gloria el que posiblemente sea el presidente de Gobierno más caricaturesco de la historia de nuestro país. Yo siempre seré «un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo», porque sin semejante elemento el mundo sería mucho mejor pero mucho más aburrido.