Si mi abuela fuera mi abuelo… (I)


Ayer, repasando qué había de nuevo por los mundos del Twitter me encontré con una conversación que me llevó a la reflexión y a la confección de esta entrada.

Los interlocutores son Alberto Garzón, economista de ATTAC muy de moda últimamente por su intervención en 59 segundos de TVE y que por ello se ha hecho bastante popular. No deja de ser un miembro de ATTAC y como tal le puede su ideología condicionando su método. Pero tiene algo que la mayoría de personas con blogs sobre estos temas no tienen, es tremendamente didáctico. Su blog Pijus Economicus está genial y explica las cosas estupendamente. Se agradece tener estos puntos de vistas fuera de los de sus mentores Vicenç Navarro o Juan Torres que están más preocupados por hacer política que por hablar de economía.

Por otro lado tenemos al inefable Roger Senserrich, al que ya le dedicamos espacio en ¿Por qué les molesta #nolesvotes? y que mayormente es conocido por su actividad en sus blogs en los que igual te fríe una aguja que te cose un huevo, siendo un señor muy inteligente, con todo lo bueno y malo que conlleva.

La cosa viene a ser algo tal que así, pues seguirle el hilo es complicado. Si quieren leerlo completo puede seguirlo a través de los perfiles de Alberto y de Roger. Pero si son vagos como yo, les hago un resumen:

El tema es que Roger en Twitter hace una de las únicas cosas que sabe hacer realmente bien, hacer el troll. Y para ello utiliza lo que mayormente vienen llamado izquierda auténtica.

El trolleo tiene su efecto, además de en la contestación de IU, en la respuesta de Garzón al respecto:

Con lo que al final se enzarzan en una no-conversación en las que nombran el famoso mercado de trabajo, y esto hasta donde interesa queda aquí:

Estos dos tweets me llevaron a la redacción de esta entrada. Creo que la contestación al tweet de Roger no la voy a dar yo, la va a dar José Antonio Camacho:

Por Dios, ¿es que nadie va a volver a hacer esto en televisión?

Esta respuesta que puede parecer estúpida y pueril, pues lo es, resulta mucho más apropiada de lo que pudiera sospecharse. Y es que Suecia no es España y los españoles no son suecos. ¿Excusa para no cambiar nada? No, respuesta para comentar que llevarte modelos extranjeros a países con factores económicos, sociales y culturales totalmente distintos es una estupidez. Y si te los llevas a trozos cogiendo de cada uno lo supuestamente mejor al final suelen acabar montando un bodrio de proporciones bíblicas. De hecho algo así llevamos haciendo más de 20 años y vamos camino de impuestos suecos con salarios africanos, conduciendo como italianos, gastando como griegos, despidiendo como daneses y bebiendo como ingleses. Así que la respuesta de Camacho es muy pertinente, pues todos queremos ser suecos o daneses… pero para todo y para eso mi abuela tendría que ser mi abuelo. Pero es mi abuela.

A la que uno le dedique 10 minutos descubre que los modelos en Europa están bastante divididos por el ámbito cultural. Está el anglosajón, aunque si a un irlandés le llamas anglosajón se acuerda de tu familia hasta la quinta generación. Pero que los países bajo esta esfera en su mayoría se parecen bastante, también en lo que se habla en la conversación parece claro. Luego está el centroeuropeo, que le pasa lo mismo. El escandinavo, producto de admiración en el mundo mundial pero como digo, cuando lo llamamos escandinavo será por algo. Y luego está el mediterráneo, el nuestro. Todos con sus diferencias y también sus similitudes. Pero cuando existen con tan marcado carácter geográfico y cultural por algo será. Por eso llevarte retazos de modelos de culturas distintas puede producir efectos indeseados. Por eso llevarle una taladradora a tu abuela no es una buena idea. Y por eso el modelo escandinavo de despido aplicado a España puede producir efectos indeseados. De hecho nuestra versión de mercado laboral a lo escandinavo lo llamamos contrato por obra y servicio o eventual por causas de la producción. Que no es escandinavo pero comparte la mayoría de características del mismo.

Deben ser cosas de los 140 caracteres, porque que Roger diga que quiere despido libre y fuerte red social debe ser una forma de simplificar. Porque en España es despido es libre, de hecho el despido mucho más libre en España que en la mayoría de Europa, quitando sus tan amados países nórdicos. Pero como ya comentamos en cierta ocasión si en España es despido no fuera libre no ocurriría ESTO. Así que el despido en España es libre, sólo que si no se ajusta a ciertas causas tienes que pagar, en unos casos mucho y en otros poco. Pero despedir es facilísimo, pagas y fuera.

Igualmente hablar de una fuerte red social es algo que puede resultar discutible si uno lo piensa. En materia estricta de desempleo, que es a lo que vamos, España no tiene una protección al mismo tan mala como solemos pensar. El problema nace como siempre de nuestra idiosincrasia, la prestación española es generosa en cuanto a duración, exigencia al beneficiario e incluso en cuanto a cuantía. Aquí una comparativa que encontré hace tiempo, que con sus errores sí que nos da una idea. Así que actualmente el problema para la mayoría de desempleados españoles no es la protección a su situación, aparte del debate sobre quienes agotan prestaciones.

No digo que Roger sea de estos, pero es que me encuentro con cierta frecuencia personas algunas con cierta o mucha relevancia, los cuales se pasan el día vendiendo el modelo danés, el fondo austríaco, el contrato alemán… pero básicamente cuando les sale de las narices. Sobre esto tengo una anécdota que viene perfectamente a cuento y nos muestra porqué entre otras cosas resulta imposible la aplicación de modelos escandinavos en España: porque no se puede ser danés de 9 a 2 y español de 4 a 7.

La historia ocurrió hace ya casi dos años y medio, mientras aquí el menda escuchaba en la radio a varios tertulianos loando las bondades del mercado laboral de Dinamarca haciendo el famoso y aquí denunciado reduccionismo: como en Dinamarca hay poco paro aquí despedimos gratis y pagamos 4 años de paro para solucionarlo. Entre ellos destacaba por su pesadez y manipulación en la exposición Cristina Alberdi, ex-Ministra de Asuntos Sociales del muy Socialista y Obrero partido español. Manda narices. Como he dicho el reduccionismo absurdo y llevar trozos de modelos pueden llevar a modelos indeseados. Así que como era un programa con participación abierta al público no dudé en ponerme en contacto con el mismo para lanzar el reto a la ex-ministra: llevarnos el paquete danés enterito. Así les envié una marea de datos comparativos entre los dos países que iban desde temas salariales, fiscales, empleados públicos, educación vivienda… principalmente todo lo que entendía que podía producir rechazo en alguien que pasa de ministra del PSOE al asalariada de Esperanza Aguirre y tertuliana de Intereconomía. La respuesta de la Sra. Alberdi fue bastante esclarecedora, algo así:

«Ehhh, bueno… unas cosas sí y… ehhhh otras no»

Sí amigos, unas cosas sí y otras no. Este es el problema, que la inmensa mayoría de los defensores de los modelos europeos solo se aplican lo que a ellos les conviene, pero para lo que no les interesa son españoles o ya no son daneses. Este no es el caso de Roger y otros defensores de hacernos los nórdicos. Pero coño, es que ninguno vive allí sino que viven y trabajan en los Estados Unidos de América. Pero lo que principalmente ocurre si aquí el despido fuera gratis, que libre ya es, en un país mediterráneo ocurriría lo que ocurre. No olvidemos que España es ese país donde el 45% de los trabajadores reconocen no cobrar las horas extras que hacen y en su mayoría no es por gusto, sino porque es muy difícil despedir. La cultura, quién lleva razón de los dos y algo más en la próxima entrada.

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6 respuestas a Si mi abuela fuera mi abuelo… (I)

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